sábado, 30 de marzo de 2013

Una década de Diana: No. 3

Taurasi momento No.3: 8 de septiembre de 2007


"La gente decía, no se puede ganar tirando solo triples, no se puede ganar jugando en zona, no se puede ganar jugando al contraataque. Pero, ¿sabes qué? Si que podemos, y así lo hicimos".

Diana Taurasi no se disculpa por la forma en que se juega un partido. 

Y, para su crédito, que no debería. No es que ella necesite justificación, pero en la Finales de la WNBA de 2007 (en particular, el partido 2) fue un perfecto ejemplo del por qué.

Los dos equipos fueron dinámicos, pero demostrar su vitalidad de formas muy diferentes. El partido fue duro, arenoso, con los dos equipos manteniendo su estilo de juego, mientras que las Mercury era la personificación de correr y anotar.

En el primer partido, Taurasi se perdió una parte importante del partido debido a problemas de faltas, anotando 10 puntos en apenas 22 minutos, las Mercury perdieron 108-100. En ese momento, mucha gente recomienda bajar el tono en las palabras y jugar, "más inteligente".

Del mismo modo, Phoenix Mercury había estado escuchando durante todo el año cosas como que la defensa no gana campeonatos y que jugar al contraataque no es realista en los playoffs, y mucho menos en las finales. 

Pero hay una diferencia entre jugar agresivo y firme.

Diana Taurasi es lo último. 

Por eso, en el segundo partió, solo Taurasi sabía que iba a llevar a las Mercury a una victoria convincente. Mostró prácticamente todo su arsenal de movimientos ofensivos, anoto 20 puntos, metió siete triples, ocho rebotes y repartió tres asistencias en la victoria 98-70 en Detroit.

Sin embargo, a pesar de su gran aportación en la parte ofensiva, el momento más destacado de Taurasi ocurrió a finales del tercer cuarto. 

¿Alguien puede recordar a una Diana Taurasi visiblemente apasionada siendo la primera en salir del banquillo para chocar la mano a sus cinco compañeras e inspirarlas, ya que venían de la pista, a pesar de que las Mercury contaban con una ventaja de 28 puntos?

Puede que lo recuerdes o no, no es necesariamente importante, pero ese momento fue enormemente significativo en término de fijar la exigencia para el resto de la serie. 

En la mente de Taurasi, la ventaja de 28 puntos no era suficiente. No en una final ante Detroit Shock, una de las grandes dinastías de la WNBA. Su mensaje al equipo fue claro: ahora no es el momento para relajarse si quieren ser campeones de la WNBA.

Es esa misma mentalidad la que ha permitido el florecimiento de Taurasi cuando su espalda estaba contra la pared, los "bajos" en la vida nunca son demasiado bajos, y los "altos" nunca son demasiado altos. De hecho, ella usa la adversidad como algo motivador. Cuando la situación parece sombría, es cuando juega mejor - no porque tenga que demostrarle algo a los demás, sino porque tiene algo que demostrarse a sí misma. 

Ya sabéis el resto de la historia, las Mercury consiguieron su primer anillo de la WNBA tras derrotar en cinco partidos a Detroit.

El destino quiso que el decisivo quinto partido fuese la culminación de lo que le había funcionado toda la temporada a Phoenix. Phoenix Mercury tuvo más de un 50% de acierto en tiros de campo, casi un 40% en triples y sólo falló un tiro libre en toda la noche (29/30). Además, asistió en 25 de sus 34 canastas anotadas y tan sólo perdió nueve balones en su victoria 108-92.

Phoenix no necesitaba que Taurasi anotara otros 30 puntos en el quinto partido como lo hizo en el segundo partido. En cambio, ella dirigió el equipo en tapones, rebotes (siete) y terminó segunda en asistencias (seis).

Eso no le importaba. Ellos habían ganado. 

Para Taurasi, eso es todo lo que importa.


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